Una Educación para la Vida
Un colegio Waldorf es como un jardín donde los niños no solo crecen, sino que florecen. Su enfoque único busca educar a todo el ser del niño: sus manos (la voluntad), su corazón (la sensibilidad) y su cabeza (el pensamiento).
No se apura a los niños a leer o usar tecnología antes de tiempo. Se respeta su desarrollo individual.
Es el trabajo más serio de la infancia. A través del juego libre y en la naturaleza, aprenden a socializar, crear y resolver problemas.
La pintura, música, teatro y manualidades no son materias separadas, son la forma en que se aprenden todas las materias.
Un mismo maestro acompaña a un grupo de niños durante varios años, creando un entorno familiar y de confianza.
Meta final: Formar personas libres, capaces de dar un significado profundo a sus propias vidas.